Sin Iniestas ni Öziles no hay fútbol

Por Carlos Ruiz. @masso_10

                                

Özil frente a Iniesta // Foto: resultadosfutbol.com

                              












Messi y Cristiano Ronaldo, Cristiano Ronaldo y Messi. Este es el binomio del fútbol en la actualidad, ellos dos son los que copan los medios de comunicación, la lucha por ser el balón de oro, el reconocimiento mundial de ser los mejores dentro de este deporte. Pero la verdad es que para que estos dos jugadores puedan ser importantes dentro de un terreno de juego, necesitan piezas esenciales que jueguen para ellos, que sean capaces de desequilibrar a los rivales con sus movimientos, que hagan ese último pase que les haga marcar ese preciado gol…

Si vemos un partido del Barça, fijémonos en los movimientos de ese tal Andrés Iniesta, los pocos balones que es capaz de perder, el sentido del fútbol que posee, gracias a él se puede sostener un estilo de juego como el del Barça o el de la Selección Española, sin él o Xavi sería prácticamente imposible jugar así, no es Messi el que marca esa forma de jugar, podemos ver a la Selección de Argentina, en la que nada tiene que ver ni su juego ni la importancia del bueno de Lionel. 

Lo mismo puede ocurrir en el otro ‘barrio’, en el Real Madrid, el alemán Mesut Özil es el que da sentido a esas contras mortales que realizan los blancos. Si contamos los goles de contragolpe que normalmente finaliza Cristiano Ronaldo, podríamos ver como más del 70% recibe el último pase del hombre de los ‘ojos saltones’. Si el Real Madrid juega de esta manera es gracias a él y cuando este no está dentro del terreno de juego, el resto de jugadores se encuentran perdidos, sin saber a quién darle el balón para que lo acaricie, le imprima velocidad, le dé sentido. El mejor ejemplo lo tenemos en el pasado partido que jugaron los madridistas en Granada y en el que no jugaron a nada, ya que les faltaba la brújula que controla el partido.

Igual que con Iniesta y la selección española, pasa con Özil y la alemana, los teutones juegan en el ritmo que marca el 10 del Real Madrid. 

Messi y Cristiano son los grandes definidores, los galácticos, los jugadores de otro planeta, pero cuando uno acude a un campo de fútbol y ve jugar a Andrés o Mesut, ve amortizada la entrada que ha pagado y que le hace disfrutar de fútbol del bueno.